En este fragmento de Crónicas Bárbaras, Pedro Herrero analiza cómo RTVE ha convertido su prime time en una maquinaria de propaganda emocional, con figuras como Anabel Alonso, Marc Giró, Henar Álvarez y Andreu Buenafuente actuando como altavoces del discurso oficial.
Lo que debería ser televisión pública se ha transformado en un plató de telebasura política, donde el humor, la opinión y la ideología se mezclan sin escrúpulos.
Herrero expone cómo estos rostros mediáticos funcionan como parte de un ecosistema cultural que normaliza la retórica del Gobierno bajo la apariencia de entretenimiento progresista.
No es debate, es marketing;
no es humor, es alineación emocional;
no es servicio público, es militancia disfrazada de espectáculo.
Anabel Alonso aparece como la voz moral indignada, siempre disponible para recitar la consigna del día.
Marc Giró, convertido en agitador de plató, utiliza el sentimentalismo como arma política.
Henar Álvarez representa la ideología pop, con discursos prefabricados que sustituyen a cualquier análisis real.
Andreu Buenafuente, desde su papel de patriarca de la comedia progre, legitima el clima cultural con humor envuelto en superioridad moral.
Pedro Herrero denuncia que RTVE se ha convertido en un ecosistema cerrado, donde siempre intervienen los mismos portavoces, las mismas frases hechas, los mismos enemigos y el mismo relato.
La televisión pública deja de ser un espacio plural para convertirse en una máquina de agitar emociones, diseñada para sostener el marco narrativo del Gobierno.
Herrero lo resume con claridad:
la propaganda ya no se disfraza de información —ahora se disfraza de entretenimiento—, y esa mezcla tóxica ha producido la verdadera telebasura institucional.
Una pieza lúcida y afilada sobre medios, poder y cultura política en España.