En Sevilla hay una calle, muy cerca de la Hermandad de los Negritos, que desde los Reyes Católicos se llama Conde Negro, aún sin ser conde el que allí vivió, pues era “alcalde de los negros” que en Sevilla habitaban, llegando a ser más 20.000 almas la población de mulatos de la ciudad, con presencia desde el siglo XIV y hasta el siglo XVII.