La salvación no fue lo que alguien pudiera haber imaginado. Algunos pensaron que llegaría a través de un poderoso lider político o con una señal milagrosa. Otros creían que sería mediante sus propios logros académicos o filosóficos. Pero Dios sorprendió a todos al traer salvación de una manera que solo tendría sentido para los que creyeran, para aquellos que la experimentaran.