Historias con Berenice

La Luna me ayuda a no pensar en ti


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La luna me ayuda a no pensar en ti en este encierro. He perdido la cuenta
de cuántos días he estado encerrada.
 
Me sorprende cada vez que hablo con alguien y ellos saben exactamente
cuántos días llevan encerrados. Me hace pensar en las caricaturas donde
enseñan un personaje en una celda marcando sus días de encierro en una
pared.
 
¿Pero si estás en calabozo sin ventanas cómo sabes si ya pasó un día o
no? Yo no estoy en un calabozo, pero mi cuerpo ya perdió la noción del
tiempo. Duerme a deshoras, duerme de más o de menos, no lo sé. Sólo sé
que a veces me despierto y no sé ni qué hora es ni qué día.
 
Semanas antes del confinamiento nosotros teníamos una vida y una
estructura. La estructura ya se venía desmoronando, pero al fin y al cabo
era estructura.
 
Agradezco que tome el paso de divorciarme de ti justo antes de que esto
pasara. Ya nuestra vida juntos no era agradable para ninguno de los dos y
esa vida no funcionaba y quería liberarme.
 
Tú me liberaste de todo lo mío incluyendo de nuestros hijos. La verdad es
que no logro entender que te hizo pelearlos si cuando estábamos juntos
solo te estorbaban.
 
No sabes lo feliz que estaba al principio cuando por fin nos dieron el
divorcio. No me gustaba estar sin mis hijos, pero supuse que pronto te
cansarías de castigarme a través de ellos y me los dejarías a mí.
 
El acuerdo era que los vería cada dos semanas.
 
Todo iba bien. Los chicos se quedaban en su casa contigo y alguien los
cuidaba, eso hacía que no cambiaran sus rutinas. Eso me daba paz.
Seguirian con sus amigos y en la escuela. Lo único que cambiaría es que
yo no estaría ahí para verlos y cuidarlos. Son unos chicos con muchas
actividades y ya están creciendo. Probablemente no me extrañarán tanto
como yo los extraño. Y eso está bien. Mejor así, me dije.
 
Yo tengo que empezar a vivir por mí. 
 
Todo iba relativamente bien cuando se vino esta pandemia. Tú te quedaste
en casa a trabajar con los chicos. Te tocaba a ti hacer tu trabajo y a ayudar
con la educación de ellos. Todos juntos con mil cosas que hacer.
 
Me ofrecí a ayudarte, me ofrecí ayudarlos con su escuela. Podrían pasar
un tiempo conmigo para que tú pudieras trabajar en paz.
 
¡NO! fue tu respuesta. Seguías castigándome. Tal vez, si yo no hubiera
ofrecido tú me los hubieras mandado enojado.
 
Ahora están todos encerrados y nadie se aguanta. Ellos están atrasándose
en sus estudios porque tú no te interesas. Ellos están perdiendo el ánimo y
se pelean entre sí. Tu no haces nada más que estar enojado.
 
Y no los dejas venir a verme por "el riesgo" que puedan tener en el
camino.
 
Yo evito pensar en ti y en ellos, en lo que pueden estar pasando o
pensando. No los dejas ni hablar conmigo. Los tienes castigados también.
 
Yo evito pensar que yo me liberé, pero falle en liberarlos a ellos. Mi
abogada era la mejor que pude encontrar. Los argumentos no le ganaron
al dinero y al poder.
 
¿Cómo disfrutar de mi libertad si tú te quedaste con rehenes?
 
Me mantienes cautiva, aunque un papel me de la libertad.
 
Yo le cuento mi historia a la luna y ella me escucha sin juicio, ni consejos.
Eso me ayuda a no pensar en ti.
 
La luna me ayuda a no pensar en ti y eso te enoja. Tú quieres que siga
enganchada sufriendo y yo sé que el que sufre eres tú. 
 
Algo tiene que cambiar con nuestros hijos. Mientras yo siga enganchada tú
los mantendrás a tu lado, si yo me libero de esto, las cosas pueden
cambiar.
 
Luna, por favor dile a mis hijos que tengan paciencia. Que tú y yo tenemos
un plan para liberarlos. Sean pacientes mis hijos su madre no deja de
pensarlos un momento del día y mandarles ánimo y amor.
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Historias con BereniceBy Berenice Lara, Berenice Lara Laursen