Mientras haya salud, paz y fe en Cristo, de lo demás se encarga Dios. A propósito de esto, debo aclararles que muchas veces cuando ocurre lo que parece ser una desgracia, muchos piensan que el Señor debiera haberla evitado. Craso error. ¿Y si Dios hubiera evitado que su propio hijo muriera en la cruz para la salvación de todos? A veces la pérdida de un ser querido podría ser considerado como una gran injusticia, como fue el caso de Adelaida, la madre inconsolable. ¿Comprenderá que la muerte no es más que una transición hacia la gloria?