En la paz del hogar, tranquilos y felices, reunidos en la armonía y júbilo de la familia, vivía Rosaura. Hasta que un día llego su primo Carmelito, quien era ateo y sería la manzana de la discordia. ¿Logrará Rosaura demostrarle que la familia debe estar unida tanto en las diversiones, alegrías y tristezas, así como en los ejercicios espirituales?