Las tecnológicas siempre siguen el mismo guion: te dan un servicio útil, barato y hasta bonito… hasta que te enganchas. Después, llega la mierdificación: peor calidad, más anuncios y precios disparados. Pasó con Facebook, los vuelos, Netflix… y ahora toca la inteligencia artificial. ¿Estamos listos para pagar un dineral por algo que ya usamos cada día? Hoy te lo cuento sin filtros.