En el mes de enero de 1923, tropas francesas y belgas cruzaron la frontera alemana y tomaron el control de muchos lugares de la cuenca del Ruhr en Alemania. La ocupación del Ruhr, como llegó a conocerse, duraría más de dos años y medio y tendría un profundo impacto tanto en la política como en la economía de la República de Weimar.
La ocupación del Ruhr por Francia y Bélgica en 1923-1925 comenzó cuando Alemania incumplió su obligación de pagar las reparaciones a los países vencedores. La campaña de resistencia pasiva interfirió con los ocupantes, pero fracasó en septiembre de 1923. Ambas partes han incurrido en costes significativos y han llegado a comprender que el proceso de acercamiento puede servir mejor a sus intereses nacionales.