Las altas temperaturas registradas en Siberia durante la primera mitad del año 2020 habrían sido "casi imposibles" sin la influencia del ser humano. De hecho, el cambio climático ha hecho que haya 600 veces más probabilidades de que las olas de calor en el Ártico ruso sean duraderas. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio publicado recientemente por científicos de Francia, Reino Unido, Países Bajos, Rusia, Suiza y Alemania.