¿Es posible que aún personas y cosas "buenas" se conviertan en ídolos en nuestras vidas? ¿Cómo define la Biblia este concepto, y por qué razón Dios no negocia su lugar en nuestros sueños y decisiones con nada ni nadie? ¿Qué enseñó al respecto Jesus durante sus años de Ministerio?
¡Ten cuidado! Los tiempos modernos están llenos de opciones culturales, profesionales, y de entretenimiento, que juegan con nuestra perspectiva y nos hacen pecar sustituyendo a Dios como protagonista de nuestra salud, victoria y esperanza. Aprende junto a nosotros lo que La Palabra Dice.