Consuelo asiste a la Semana Santa y a la celebración del V Aniversario de la República. Los tambores de guerra suenan cada vez más próximos. Los sectores sociales monárquicos, católicos y fascistas se alían a los generales antirrepublicanos, Mola, Franco, Goded, Fanjul y Sanjurjo, que con la ayuda de la UME, pretenden dar un golpe de Estado. El rumor que se oyó en el 31 con la victoria de la II República se convirtió en un clamor imposible de refrenar. La jauría atacaba un gobierno legítimo.

Se celebran las cruciales elecciones del año 36 en un momento de crecida del Guadalquivir y de inundaciones. El desorden presagia lo que sucedería más tarde.

[Nota: como es un borrador que voy modificando, el cambiado el nombre de Antoñito, el hijo de Consuelo, al de Martín. Además, cuando la protagonista habla de Flores, se refiere a su padre.]

Consuelo empieza sus clases de partera en el Hospital de las Cinco Llagas, regentado por las vicentinas. Se da cuenta de la hipocresía de las monjas y del machismo de los profesores.

Comienza el año 36. Consuelo lleva a su hijo a la cabalgata de los Reyes Magos y conoce a Victoria, maestra, novia de Juan Luis. En esos días se disuelven las Cortes y se convocan las elecciones. Pacto electoral entre las izquierdas. Empieza la agitación en las calles. La queja de Consuelo se publica en la revista de la UGT con la reacción adversa de los tocólogos. Va a un mitin del Frente Popular. Al día siguiente, serán las elecciones del 16 de febrero con ruidos de sables.

Entre otros sucesos, se narra el bombardeo de Casa Cornelio, dictado por Bastos, gobernador civil, y Trillo, autoridad militar de la ciudad, manifiestos enemigos de la República. Su intención es reprimir el movimiento obrero, en especial a comunistas y anarquistas, y desgastar al Gobierno con una mala prensa.