En este episodio me detengo en la experiencia del cáncer de mama como una travesía del cuerpo y del espíritu. Hablo del temblor y de la calma, del instante en que la vida se suspende y vuelve a florecer entre los pliegues del miedo. No se trata de la enfermedad, sino de la vida que resiste: del pecho que guarda memoria, del dolor que se vuelve palabra y de la dulzura que sobrevive incluso en la herida.