A lo largo del siglo XIX España pierde las colonias en América y entre ellas Cuba en 1898, y por ello la importación de algunos productos como era el azúcar y el tabaco se vio digamos que, truncada. Empieza en este momento la búsqueda de lugares para producir y Asturias tendrá su momento en la historia.
Será sobre 1960 cuando una firma de capital holandés, Mont-Tabac realice los primeros estudios sobre una posible viabilidad de producir tabaco en la vega de Laneo, concejo de Salas.
Se produce así la construcción de secaderos de tabaco que estarían en funcionamiento hasta 1993 y que llegaron a depender de Tabacalera Española, suministrando materia prima a la fábrica de tabacos de Gijón para la fabricación de capas de puro.
Las vegas del Narcea recuerdan hoy la historia de familias dedicadas al tabaco asturiano, y que hoy, son reutilizadas como lugar de almacenaje de aperos y maquinaria agrícola, hoy los secaderos de tabaco ya no secan, hoy las única hojas secas que vemos por la zona, son las de los árboles en la época otoñal.