Se nos va de ojo que recientes estudios realizados en el Instituto Max Planck de Alemania, confirman que la piel humana limpia el aire gracias al aceite natural que genera y la flexibiliza.
Aceite que reacciona con el ozono, con los rayos ultravioletas y el vapor de agua, produciendo un campo de oxidación o hidroxilo, compuesto por moléculas reactivas que son las que hacen la limpieza química del aire.
Así, cuanta más piel esté expuesta al exterior mayor será el campo de oxidación que genera, expresado en llamaradas de diferentes tonalidades que salen un envuelven el cuerpo humano, observadas en estudios cinético-químicos realizados en la Universidad de California. Hallazgo que daría verosimilitud a la existencia de lo que en muchas creencias religiosas se denomina aura. Visión esotérica que no es objeto de debate entre los científicos que, sin embargo, sí reconocen que ese campo de oxidación que generamos las personas puede dar lugar a una comunicación química entre ellas. Hipótesis que daría confirmación a esa afirmación popular de que entre algunas personas existe una química especial. ¡Que no te vaya de ojo!