Para mejorar la comprensión y prevención de la depresión se requiere un mayor conocimiento sobre cómo afecta este trastorno al cerebro y al cuerpo humano. En este sentido, un reciente estudio dirigido por investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ha arrojado luz sobre una posible conexión entre la temperatura corporal y los síntomas depresivos.