cambio se siente cada vez más cercano en Cuba. La detención del rapero Denis

Solís hace unos días ha sido la chispa que faltaba para encender la llama de

las protestas de la juventud de la isla que anhela más libertad. El hip hop (como

el reggaetón y otros géneros que salen de la calle) ha sido

menospreciado por el régimen oficial, cuando no perseguido. En ese contexto La

Reyna y La Real tienen un discurso bien poderoso, en su caso desde su condición

de raperas negras y mujeres.

Todas

estas canciones están traspasadas por esa mirada. Recuerdan a la andaluza Mala

Rodríguez, icono del rap en español con voz femenina, cuando riman

con esa sensibilidad cargada de autoafirmación. Pero lo que hace realmente

original su propuesta es la mezcla de sonidos: en su cóctel combinan a la

perfección el jazz

con la salsa, el son con la electrónica y el reggae con el blues. Sólo en un

país con una tradición musical tan rica como Cuba es posible una propuesta tan

singular.

Con

‘Mírame’, su trabajo más importante desde que se formó el dúo hacia 2012, La

Reyna y La Real se convierten en referentes de un movimiento casi invisible

(exceptuando propuestas como Krudas

Cubensi, desde el exilio en Estados Unidos): el de las raperas

cubanas con un discurso poderoso que huye de los estereotipos y una apabullante

pegada rítmica que atrapa. Tienen talento para darse a conocer más en la escena

internacional, sólo es cuestión de tiempo. 

José Arteaga