Era el 22 de febrero de 1943. Hans Scholl y su hermana Sophie, junto con su mejor amigo, Christoph Probst, iban a ser ejecutados esa tarde por oficiales nazis. Los guardias de la prisión quedaron tan impresionados por la calma y la valentía de los prisioneros ante la muerte inminente que violaron las normas permitiéndoles reunirse por última vez. Hans, estudiante de medicina en la Universidad de Munich, tenía 24 años. Sophie, estudiante, tenía 21. Christoph, estudiante de medicina, tenía 22.