Se nos va de ojo que las redes sociales se están convirtiendo ya en el lugar preferente de socialización, tanto para jóvenes como para adultos.

En las redes los jóvenes encuentran pautas de comportamiento que replican con las que, sin darse cuenta, forjan su identidad en soledad con el móvil. con el efecto de reducir la socialización directa con los amigos en el colegio, el instituto, en la calle o los centros de diversión juvenil. Los mayores encuentran la posibilidad de ligar sin prolegómenos.

El motivo: las redes sociales son más rápidas, directas y permiten manejar a voluntad el grado de exposición ante los demás, para evitar así el riesgo de fracasar o hacer el ridículo de manera pública. A cambio se pierde la emoción y el misterio de arriesgarse a descubrir por uno mismo quienes somos y como somos, y el flirteo para atraer a la persona que te gusta. Magia que desaparece porque en las redes sociales los jóvenes se convierten en epígonos de lo que hace el otro, y el enamoramiento desaparece porque se va a tiro hecho. ¡Que no se te vaya de ojo!