Se nos va de ojo que existen diecinueve tipos de sonrisas diferentes, de las que solo seis expresan verdadero agrado o felicidad.

Según su descubridor, Duchenne de Boulogne, la verdadera es aquella en la que afloran los dientes, sonríen los labios, sonríen los ojos y con ellos todo el rostro.

Frente a ella están las tristes que expresan decepción por no conseguir lo que se quiere; la recelosa o indefensa ante quienes creemos que nos pueden hacer daño; o la solitaria que surge de una reflexión ante una vivencia contradictoria. Entre las sociales destacan la reprimida que se produce en un contexto inapropiado; la vergonzosa que nos ruboriza; o las sensuales y enigmáticas que animan a descubrir el misterio que encierran. Entre las agresivas destacan la despreciativa que surge cuando nos sentimos agredidos; la maliciosa que esconde la satisfacción que se produce ante un mal ajeno; o la lobuna expresa ira, rabia o maldad. Todas ellas reflejan la polisemia emocional de la que estamos hechos los humanos que es bueno aprender a descifrar: para no meter la pata. ¡Que no se te vaya de ojo!