Hoy viajamos hasta Cimadevilla. En el barrio más popular de Gijón y sobre un edificio barroco tiene su origen en 1670 un convento para la congregación de Agustinas Recoletas, primer monasterio de la ciudad y también escuela de niñas.
En 1842, tras su desamortización, el convento se transformó en una fábrica de tabacos, conocida como “La Tabacalera”. Se crea así a mediados del siglo XIX la primera fábrica de Gijón, lo que supone el paso de la villa medieval a la ciudad industrial, proletaria y revolucionaria.
Famosas por su generosidad y presencia en la cultura local, las cigarreras formaron un grupo activo en la sociedad gijonesa a lo largo de varias generaciones y acabarán convirtiéndose por mérito propio en una de las señas de identidad de la ciudad de Gijón.