Ruth Neilson, nacida en 1926 en Rhyl, Gales, creció en la pobreza, marcada por una infancia inestable. A los 17, un soldado canadiense la dejó embarazada y sola con su hijo Andria. Para sobrevivir, trabajó en los clubes nocturnos del West End londinense, un mundo de excesos. En 1946, se casó con George Ellis, un dentista alcohólico, pero el matrimonio, lleno de violencia, acabó en divorcio tras el nacimiento de su hija Georgina. En 1953, como gerente del Little Club, conoció a David Blakely, un corredor de autos, y a Desmond Cussen, un empresario enamorado. Su relación con David, tormentosa y llena de celos, se desmoronó cuando él la traicionó. El 10 de abril de 1955, fuera del pub Magdala, Ruth disparó seis veces contra David, matándolo. Una bala hirió a una transeúnte. Confesó de inmediato: “Soy culpable.” Condenada en Old Bailey tras un breve juicio, fue ahorcada el 13 de julio de 1955, la última mujer ejecutada en el Reino Unido. Su caso, impulsado por la confesión de que Cussen le dio la pistola, desató protestas y ayudó a abolir la pena de muerte en 1969. Su historia sigue resonando.

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