Desde la desobediencia en el jardín del Edén, el hombre se ha sentido avergonzado de su pecado viéndose así mismo desnudo y huyendo de delante de su creador. La intención de esta enseñanza es mostrar como la vergüenza es usada por el enemigo como una trampa para alejarnos de Dios haciéndonos perder el enfoque.