Edurne Baroja Fernández, científico titular del CSIC en el Instituto de Agrobiotecnología de Mutilva y colaboradora científica y formativa de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), explica, en esta entrevista con la emisora COPE-Pamplona, el papel de la biotecnología como herramienta hacia una agricultura más sostenible; en concreto, se centra en los bioestimulantes microbianos.
La biotecnología se refiere a toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos. No es solo plantas transgénicas.
En este caso, la biotecnología es una nueva “Revolución Industrial”, no basada en hierro y acero, sino en microbios que, en manos de científicos, se convierten en minúsculas fábricas para producir fármacos, compuestos químicos industriales, combustibles o alimentos. Y esto no es nada nuevo. La producción de pan, de yogures o de cerveza es biotecnología.
En el grupo de investigación de Edurne Baroja, trabajan en la obtención y caracterización de bioestimulantes basados en los metabolitos que producen los hongos fitopatógenos. Se sabe que estos microorganismos liberan compuestos que hacen que la planta crezca para luego tener más superficie a la que atacar. Se aprovechan de la “sabiduría” de los microorganismos para obtener un beneficio para el hombre: asegurar el alimento, incluso en las condiciones climatológicas adversas a las que nos enfrentamos progresivamente, derivadas del cambio climático: periodos de sequía y lluvias torrenciales, calentamiento global, pérdida de fertilidad de los suelos…