La Vida Bohème siguen sumando etapas,
confirmándose como una de las bandas más influyentes del rock contemporáneo en
América Latina. Si ‘La Lucha’ les
convirtió en 2017 en
la voz de la diáspora venezolana
gracias a himnos como ‘Você’, este ‘Caribe Caribe’, donde se alejan de los
álbumes conceptuales, más bien es un cofre donde han reunido sus singles de los
dos últimos, les presenta como un cruce imposible entre unos The Clash
millennials y una suerte de actualización de Coldplay y su música de estadios.
A eso aspira el grupo, al alcance masivo que
desde sus inicios han logrado con varios de sus canciones, estirando el
concepto de indie-rock hacia la psicodelia, el pop, los ritmos de la tradición
latinoamericana o la electrónica. Pero persiste todavía en la formación esa
mirada transgresora que hizo inmensos y únicos a The Clash, capaces de coquetear
con la vanguardia sin dejar de sonar auténticos, de proponer algo más allá de
lo meramente musical.
Alejados de estereotipos y prejuicios, es
fácil de rastrear la influencia de su relación con México -ya va para una
década que se mudaron allá-, en canciones que resuenan a clásicos de Zoé o, más
atrás, de los míticos Caifanes.
También hay ecos a Bunbury, ídolo confeso, y a tantos otros artistas que han
transitado el camino menos complaciente del rock. Pese al título, una obra no
tan caribeña pero sí disfrutable por las audiencias globales pop-rockeras, si
es que esa etiqueta todavía hoy tiene sentido.
José Fajardo.