Santa Juana de Lestonnac ha legado en nosotros la riqueza de su carisma y nos invita  hoy continuar manteniendo la llama, Tendiendo la mano y llenando nuestro nombre.

Santa Juana de Lestonnac comienza  su obra educativa y en 1610 como gesto de agradecimiento a Dios, celebra la primera Fiesta de la Virgen NIña.

Juana de Lestonnac,  después de su discernimiento en la Mothe vive la experiencia de solidaridad tendiendo la mano a los enfermos que produce una terrible peste en Burdeos en el 1604.  El grupo de mujeres que le colabora serán las misma mujeres que inicien con ella la Compañía de María.

Juana de Lestonnac después del fracaso que vive en el Cister, va a las tierras de la Mothe para discernir, orar y comenzar  a concretar el proyecto que Dios quiere para ella,  formar una orden dedicada a la  educación.

Juana de Lestonnac después de quedar viuda, educar a sus hijos, inicia un nuevo proyecto e ingresa al convento del Cister. La última noche vive una  revelación que marcó  el origen de la Compañía de María.

Juana de Lestonnac  se entrega por completo a construir familia, vive alegrías y dolores que  marcarán  su misión.

Juana de Lestonnac  en su juventud  siente en su corazón el llamado del Señor Jesús.

Juana de Lestonnac nace en una familia que la ama y educa,  pero vive la tensión de  creencias distintas,  que aportarán a su mirada del mundo y de la educación en un futuro.

Nace Juana de Lestonnac...una historia...una vida..de servicio y entrega