La fama de Jesús incrementa exponencialmente. La historia del carpintero de Nazareth se había esparcido por todo Israel. Pero aún quedaba mucho trabajo por hacer. Pedro el apóstol tenía la responsabilidad de mantener a los otros once firmes en su disposición, pero a él le tocaba aprender aún una gran lección. Que el hombre a quien seguía, sería su salvador.