El comienzo del curso escolar marca también el paso al otoño (al menos cuando teníamos 4 estaciones) y, por tanto, el comienzo de un ritmo más calmado, más hacia adentro. Sin llegar a ser hibernal, nuestro ritmo es más interior que en el verano, época en la que salimos mucho más y que hace que nuestros biorritmos cambien. La vuelta a nuestras rutinas “escolares” hace que todo vuelva a su sitio y que calmemos nuestro organismo. Aun así, a veces, no nos resulta fácil asimilar el cambio y sufrimos. Otras veces, supone un gran descanso. Sea de una forma u otra, ir hacia adentro, respirar profundo y calmar la mente, que anda ansiosa, nos ayuda mucho, por lo que te invito a que lo pruebes. Escucha la meditación en la que te guío a través de la respiración para centrar tu mente y encontrarte mejor.