Las Células Inmortales de Henrietta Lacks
Una fría mañana de enero de 1951, una mujer afroamericana, madre de cinco hijos, entra al hospital John Hopkins sin imaginar que su cuerpo cambiaría la historia de la ciencia. Su nombre era Henrietta Lacks. Sus células, las famosas HeLa, se convertirían en una herramienta clave para salvar millones de vidas... pero su historia está llena de injusticias.
"Henrietta Lacks tenía 31 años cuando empezó a sentir un fuerte dolor abdominal. Fue tratada inicialmente con penicilina, pero el problema era otro: un tumor agresivo en su cérvix. Lo terrible es que el cáncer se propagó a una velocidad inusual. Henrietta sufría hemorragias intensas y un dolor insoportable. A pesar de ello, siguió cuidando de su familia hasta que el cáncer la dejó sin fuerzas. Fue hospitalizada y sometida a brutales sesiones de radioterapia, que la quemaban por dentro. Su piel se oscureció, su cuerpo se debilitó... pero dentro de ella, sus células seguían multiplicándose como nunca.Finalmente, el 4 de octubre de 1951, Henrietta murió."
BIÓLOGO CELULAR:
"Las células humanas suelen morir tras unas pocas divisiones. Pero las de Henrietta eran distintas: no sólo sobrevivían fuera de su cuerpo, sino que se replicaban indefinidamente. Se habían vuelto ‘inmortales’. Se conocen como células HeLa, en honor a las dos primeras letras de su nombre. Fueron el mayor hallazgo en la historia de la biomedicina, permitiendo los avances en vacunas, y en otros tratamientos.
BIOÉTICO:
"Aquí es donde la historia se vuelve oscura. Nadie le pidió permiso a Henrietta para extraer sus células. Ni a su familia. Años después, cuando sus hijos descubrieron que el mundo se había beneficiado enormemente de esas células, se sintieron traicionados. Nunca recibieron compensaciones ni siquiera atención médica. Su hija Deborah Lacks, por ejemplo, necesitaba medicamentos que, irónicamente, fueron desarrollados gracias a su madre, pero que ella apenas podía costear."
ABOGADO ESPECIALISTA:
"Décadas después, la familia Lacks demandó a algunas de las empresas que obtuvieron enormes ganancias con las células HeLa. En 2021, lograron un acuerdo con ThermoFisher, y recientemente, otra demanda contra Ultragenyx está en marcha. El debate sigue abierto: ¿deben las personas tener derechos sobre sus propios tejidos? ¿Quién se beneficia realmente de la ciencia? Henrietta Lacks cambió la medicina para siempre, pero su historia nos recuerda que la justicia aún tiene cuentas pendientes."
NARRADOR:
"Hoy, las células de Henrietta siguen vivas en laboratorios de todo el mundo. Han ayudado a curar enfermedades, a desarrollar tratamientos y a entender la vida misma. Pero no debemos olvidar a la mujer detrás del microscopio: una madre, una luchadora, cuya historia es tanto un milagro de la ciencia como una advertencia sobre la ética en la medicina."