Una de las partes más bonitas de trabajar en una startup es que si te implicas y aguantas el tiempo suficiente tienes la oportunidad de participar en muchas y diferentes fases de la empresa. Creas lazos muy fuertes con otras personas y en general vives sensaciones de euforia, cansancio pero también de éxito y fracaso. Mi experiencia personal al frente del equipo de infraestructura refleja un poco eso. La velocidad de la empresa puede afectar a la calidad de tu trabajo y especialmente a tu equipo y a ti como manager. Quiero hablar de cómo llega un punto en que me doy cuenta de que no he cambiado bien el chip y no me he enfocado lo suficiente en el equipo. Hablaré de la factura que eso acaba pasando al equipo, a la empresa y a mi personalmente. Y lo más importante compartiré lo que he aprendido estando en el momento más bajo y de cómo eres capaz de darle una vuelta de 180 grados y crear un equipo altamente funcional, alineado y feliz.
Si quieres ver el video con slides:
https://youtu.be/o1fSTP5_7xc