Aunque vivimos en un mundo donde las promesas a veces se olvidan y no se cumplen por diversas razones y donde las palabras se desploman, sin embargo nunca escucharemos esto de Dios. Sus palabras permanecen y sus promesas se cumplen, porque Dios es fiel. ¿Tiene relevancia esto para nosotros? ¡por supuesto! En especial cuando nos enfrentamos a los momentos difíciles en la vida, nuestra confianza en las promesas de Dios marca la diferencia, nos sostienen porque sabemos que si Dios lo ha prometido… ¡podemos estar confiados! Vamos a experimentar la fidelidad de Dios.