Pablo, escribiendo a los tesalonicenses, los anima a vivir en la esperanza que tiene su raíz en el Señor Jesús, muerto y resucitado, que supera toda perspectiva de muerte, abriéndose a la eternidad. El evangelio de hoy nos presenta el inicio del ministerio terreno de Jesús, así como su plan de salvación, que nos coloca en el desafío de seguirlo con todas sus consecuencias, entre ellas experimentar el rechazo de los suyos y de los creyentes de todos los tiempos. ¡Señor y Maestro, danos tu gracia ser para ser coherentes al seguirte!