El colectivo de personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) tiene una alteración del desarrollo neuronal que les suele caracterizar, en su mayoría, por contar con limitaciones sociales y verbales, restricción sensorial, comportamiento estereotipado y monótono (American Psychiatric Association, 2013; Geschwind & Levitt, 2007). Esto afecta, directamente, a sus competencias social y comunicativa, definidas por el Parlamento Europeo y Consejo (2006) como aquellas habilidades para comunicarse en distintos contextos, mostrar actitudes empáticas, expresar y comprender distintos puntos de vista, etc. Este déficit comunicativo y social dificulta el proceso de enseñanza-aprendizaje en el contexto escolar, situación que suele agravarse en la etapa adulta y obstaculiza la plena inclusión social (Escobedo & Tentori, 2014).
Así, se han diseñado numerosas intervenciones educativas adaptadas a este colectivo que utilizan recursos heterogéneos, acordes con sus características individuales (Arief & Efendi, 2018). En la era digital, estas intervenciones suelen apoyarse en las nuevas tecnologías para favorecer la comunicación y contribuir a una mejora en su calidad educativa y social (Allen et al., 2016; Lozano et al., 2013). Existen estudios que propugnan la sustitución de recursos convencionales (libro, fichas, etc.) por experiencias interactivas con ordenadores, tabletas o pizarras digitales (Radu, 2014). Otros adaptan estas tecnologías a personas con TEA, concluyendo que contribuyen a optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje (Adnan et al., 2018; Bhatt et al., 2014; Jiménez et al., 2017). Por su parte, las aplicaciones digitales (app) están facilitando la inclusión social de estas personas (Sanromà et al., 2017). Además, algunos autores enfatizan las aportaciones de las app al desarrollo de las competencias social y comunicativa (Allen et al., 2016; Jiménez et al., 2017; Papoutsi et al., 2018; Xin & Leonard, 2015).
En concreto, las app de realidad aumentada (RA) ofrecen grandes posibilidades formativas (Basogain et al., 2007; Diego, 2014; Reinoso, 2012), al recrear experiencias que facilitan la simulación de interacciones sociales y comunicativas, mediante la superposición de elementos virtuales sobre objetos del mundo físico (Prendes, 2015; Romero & Harari, 2017). Así pues, algunos estudios analizan su impacto en personas con TEA, destacando que ciertas app pueden favorecer tanto el reconocimiento y la respuesta a las expresiones emocionales faciales observadas (Chen et al., 2016), como las habilidades sociales (Chung & Chen, 2017), la comunicación en contextos cotidianos (Kurniawan, 2018; Sahin et al., 2018b), así como a una mejora en la interacción social (Lee et al., 2018b). Por todo ello, se ha considerado pertinente realizar una revisión de investigaciones focalizadas en el análisis del impacto de la RA en la estimulación de la competencia socio-comunicativa en personas con TEA.
Del Moral Pérez, M. E., & López-Bouzas, N. (2021). Realidad aumentada y estimulación de la competencia socio-comunicativa en sujetos con TEA: revisión de investigaciones. Revista de Educación a Distancia (RED), 21(66). https://doi.org/10.6018/red.454751