En nuestros procesos de cambio, hay pilotos automáticos que pueden frenar nuestra adaptación. Hacernos conscientes de ellos y entender qué realmente está en nuestra mano cambiar ante nuestros retos; mantener el foco en lo importante en momentos adversos, es un ejercicio de liderazgo que te permitirá abrazar los cambios de manera ágil y equilibrada. Te invito a recorrer conmigo  una historia que te quiero compartir, con la que descubramos algunas de esas inercias.

¿Qué es la seguridad psicológica? ¿Cómo son las organizaciones psicológicamente seguras? ¿Qué podemos hacer para tener espacios cada vez más psicológicamente seguros?

“Necesitamos equipos empoderados  para adaptarse a los cambios que se nos están demandado”… Queremos equipos que respondan con proactividad y autonomía en el momento en que el contexto nos requiera adaptación, aprendizaje, asumir riesgos, innovar… Pero…  ¿Empodero yo o se empodera el otro? ¿Realmente entrego un poder a alguien que no lo tiene? ¿Y si el poder de cada uno es responsabilidad de cada cual  ponerlo en marcha?

¿Qué es esto del liderazgo? El liderazgo requiere de tu capacidad de aprender, de empoderarte, de creértelo y de tomar decisiones: Ser líder es mi propósito personal; una máxima viva que nos  hace adaptativos desde un liderazgo empático, humano, coherente.

Cuando la incertidumbre es mayor que la información que disponemos, los seres humanos tendemos a hacernos pequeños e imaginamos las perspectivas bajo un lente que en ocasiones hace que perdamos norte y claridad.

Retomar el foco, el liderazgo; el propósito se hace por lo tanto clave para anclar nuestro rumbo.

Recibir feedback es una responsabilidad del liderazgo de la cual depende nuestro propio desarrollo, incluso nuestra madurez. Entendamos su importancia, activemos las estrategias para que todos necesitamos para ampliar nuestra mirada al mundo. Necesitamos feedback para crecer.

Evitamos exponernos para no correr el riesgo de equivocarnos, de ser señalados, de poner en riesgo nuestro statu. Buscamos seguridad de una forma que analizada en realidad nos expone a más inseguridad. Aquello que nos hace sentir seguros es finalmente lo menos seguro. ¿Y qué pasa con el talento mientras tanto?