Esta semana, estudiamos Romanos 6, específicamente los versículos 11 al 14. Intentaremos descubrir de qué modo Pablo contrasta la relación que tiene con el pecado y la justicia una persona que está “bajo la Ley” con la relación que tiene alguien que está “bajo la gracia”.

La lista de características y contrastes de los dos pactos, mencionadas por Pablo en Gálatas 4:21 al 5:1, describen perfectamente las formas opuestas en que las personas han respondido a los pactos históricos, ambos empapados del evangelio de Dios. La pregunta es, ¿cuál será tu respuesta?

En esta y en las siguientes cinco lecciones, examinaremos seis pasajes del Nuevo Testamento que contienen todas las definiciones negativas del antiguo pacto y de la Ley. Procuraremos entender, desde sus contextos, qué significan esas descripciones aparentemente negativas, y cómo esos pactos antiguo y nuevo se relacionan con nuestra vida.

El verdadero “conflicto” entre los pactos no es entre los pactos históricos de Dios, sino que es experiencial y relacional. Dios no obligará a nadie a aceptarlo a él ni a aceptar su amor. Y aunque Cristo ganó por nosotros en la cruz, cada uno de nosotros debe posicionarse en uno de los dos bandos involucrados en esta lucha.

El Salmo 103 es una muestra de la teología de un creyente del Antiguo Testamento sujeto al pacto mosaico, sinaítico, antiguo. Sin embargo, muchos teólogos modernos intentan oponer la “ley de Moisés” a la “ley de Cristo”. Esta semana veremos que eso no tiene mucho sentido.

Esta semana, haremos una comparación más profunda entre el pacto del Sinaí y el nuevo pacto, en niveles fundamentales que deberían cambiar la ecuación respecto a la forma en que ambos se relacionan con el evangelio.

Las definiciones son importantes, porque nos ayudan a entender de qué estamos hablando. Sorprendentemente, no todos los cristianos manejan la misma definición de "nuevo pacto", así que en la lección de esta semana veremos como Dios definió en términos claros y sencillos en qué consiste el NUEVO PACTO. Un adelanto: la definición ya estaba en el Antiguo Testamento 😉

Iniciamos un nuevo trimestre y lo hacemos analizando la relación entre los diferentes pactos que Dios hace con sus hijos a lo largo del relato bíblico. Veremos que, en realidad, todos son parte del único Pacto Eterno, el pacto de la gracia.

En esta edición especial, veremos las dos últimas lecciones del trimestre. Por un lado, Romanos 14 nos presenta la necesidad de que la iglesia sea una comunidad en donde todos podamos ser aceptados, aún cuando tengamos opiniones diferentes sobre cuestiones que no sean doctrinales. En los capítulos 15 y 16, Pablo recapitula sobre la inclusión de los gentiles en el plan de Dios y el plan de discipulado relacional que con tanto éxito utilizó Jesús.

Romanos 13 encara la relación del cristiano con las autoridades civiles, una cuestión no tan sencilla. En el contexto de un gobierno que perseguía a los seguidores de Cristo, Pablo explica que los creyentes deberían ser ciudadanos ejemplares, sin sacrificar su fidelidad al Reino de los Cielos y siempre ejerciendo la máxima expresión de moralidad: el amor.