Explorando un hospital abandonado, encontré un grupo de personas que seguían reglas extrañas. Creían que mantener a un hombre en constante sufrimiento era la única forma de evitar el colapso del mundo. Tras leer documentos antiguos, descubrí que liberar a ese hombre desataría un caos gradual y devastador. Romper esas reglas tuvo consecuencias inevitables: el equilibrio se rompió, y la realidad comenzó a distorsionarse a mi alrededor. Ahora, enfrentamos el precio de ignorar el sufrimiento que mantenía todo bajo control.