Después de la desaparición del doctor Ruiz, encontré una extraña formación de dientes ensangrentados en su oficina. No sabía que ese hallazgo me marcaría para siempre. Pronto fui acosado por una entidad que impuso una regla extraña: "Debes devolver lo que no es tuyo, o enfrentarás las consecuencias". Aunque devolví los dientes, el tiempo comenzó a distorsionarse a mi alrededor y sentí mi energía desvanecerse, atrapado en un ciclo de manipulación. Comprendí que también estaba siguiendo otra regla oculta: "Sigue la rutina o paga el precio". Decidí romper esa regla, alejándome de la clínica y desafiando la entidad. Aunque logré recuperar parte de mi vida, sé que esa presencia sigue acechando, esperando su oportunidad.