Querido hermano, hoy, en este día de tu soledad y aflicción recuerda esto: es un tiempo necesario, Dios te pone en este desierto para que cuando te abandonen, no te amargues; cuando te traicionen, no te recientas; cuando te nieguen, no los odies. Dios te está forjando, está tratando con tu carácter, está limando todas tus asperezas y está desarrollando tu paciencia, amor y dependencia en él.