Share Lo Crea o No !
Share to email
Share to Facebook
Share to X
En marzo de 1519, Hernán Cortés estaba dando los primeros pasos en la campaña de conquista de México.
Se encontraba en la costa de Tabasco, poblada por los mayas. Tras librar una batalla en Centla, los caciques locales acudieron una mañana al campamento español para agasajar a Cortés con numerosos regalos de oro, mantas y alimentos. Le llevaban también veinte doncellas. El conquistador español no imaginó en ese momento que una de esas jóvenes, llamada Malinalli o Malinche, doña Marina para los españoles, sería una colaboradora decisiva en sus operaciones contra los aztecas.
Malinalli había nacido hacia el año 1500, posiblemente cerca de Coatzacoalcos, antigua capital olmeca situada entonces al sureste del Imperio azteca, en la región de la actual Veracruz. Pertenecía a una familia noble –su padre era el gobernante de la ciudad de Painala– y en su infancia parecía tener por delante un futuro prometedor. Pero todo se truncó cuando murió su padre y su madre se volvió a casar con un señor local. La pareja tuvo un vástago, al que hicieron heredero de todas sus posesiones, al tiempo que decidían deshacerse de la pequeña Malinalli.
Aprovechando que una niña de la misma edad había muerto en el pueblo, la hicieron pasar por su hija y, amparados en la oscuridad de la noche, entregaron a Malinalli a unos mercaderes. Éstos la vendieron como esclava en el mercado de Xicalanco a otros comerciantes mayas, quienes, a su vez, terminaron por venderla al señor de Potonchán. Fue éste quien finalmente la entregaría a Hernán Cortés, en marzo de 1519, con otras diecinueve doncellas.
La entrega de estas jóvenes hay que entenderla dentro de las costumbres de los aztecas. Éstos solían viajar acompañados por mujeres que les cocinaran, y al ver que los españoles carecían de ellas decidieron ofrecerles algunas jóvenes destinadas también al servicio doméstico, aunque era fácil que se convirtieran asimismo en concubinas. Antes de aceptarlas, Cortés ordenó que fueran bautizadas, menos por razones religiosas que para cumplir la ley castellana que permitía mantener relaciones de concubinato únicamente entre personas cristianas y solteras.
El juego de pelota es una práctica que se realizó durante muchos años en Mesoamérica. Hoy, incluso, la cancha en que se practicaba es una característica que distingue a dicha región, la cual abarca desde Zacatecas hasta Costa Rica.
Además de ser una actividad deportiva, el juego de pelota tenía una connotación religiosa, que escenifica contextos rituales y en donde se llegaban a ver prácticas de sacrificios. Asimismo, estudiosos en el tema hablan de que durante esta práctica también existían las apuestas y se resolvían conflictos.
De la arquitectura de las canchas, la más conocida es la que tiene la forma de I, integrada por un largo pasillo y a los extremos de éste una cabecera de cada lado. Algunas tenían al centro unos discos de piedra con un orificio en medio, conocido como marcador, el cual tenía labradas distintas imágenes.
Los mayas daban un carácter sagrado a estos pozos, a los que daban dos usos fundamentales: eran fuentes de vida por el agua dulce que contenían, pero también eran lugares ideales para realizar ofrendas y sacrificio de personas como una forma de honrar a los dioses.
En muchos casos eran escenarios de muerte simbólicos y espacios para el desarrollo de rituales de lluvia, de vida, de, de renacimiento y de fertilidad. Principalmente porque para los Mayas de la Península, los Chacs, dioses de la lluvia, vivían en el fondo de los Cenotes.
En algunas comunidades también se creía que los Aluxes, que son un tipo de duendes o espíritus, habitan en las cavernas y en los cenotes, por lo que era necesario llevarles ofrendas.
También se creía que ahí vivían algunos seres míticos, como la Sukan, serpiente gigante que guarda los mantos acuíferos. Esta serpiente era relacionada con la lluvia, las corrientes de agua superficiales.
Fueron las tribus toltecas las primeras que construyeron chinampas en los lagos del centro de Mesoamérica. Los mayas ya cultivaban en franjas de terreno tipo chinampas, en las riberas de los ríos, pero no eran terreno ganado al agua.
Muchos de los soldados de Cortés no conocían hasta entonces una ciudad tan grande. Un vistazo a Tenochtitlán pudo haber mostrado un sinnúmero de canoas (unas 60 000 un día de actividad normal) yendo y viniendo desde el centro hasta las márgenes de los lagos y una ciudad con cerca de cincuenta grandes edificios que destacaban por encima de las casas que por lo general eran de un solo piso.
Tenochtitlán estaba cruzada de lado a lado por tres amplias y largas avenidas (calzadas) que se extendían hasta tierra firme: al norte la que iba a Tepeyacac y que iniciaba en la Puerta Cuauhquihuac; al poniente la que iba a Tlacopan (por donde huyeron expulsadas las tropas de Cortés) y que iniciaba fuera del islote en el puente conocido como Chichimecapan (aproximadamente en el cruce de las actuales calles de Hidalgo y paseo de la Reforma); la calzada al sur que iba a Ixtapalapa y que atravesaba la puerta Tepantzinco que la dividía del Templo Mayor, dos acequias, los acueductos de Ahuízotl y Acuecuezcatl a la altura de Acatlan (cerca de la ermita de San Antonio Abad) y salía al lago en Tlamacoyan. Al oriente no existía calzada ya que el límite era el Embarcadero Texcoco, que comunicaba a dicha ciudad con la ribera oriente. Paralelos a estos canales siempre había una amplia calle.
Tlahuicole fue considerado como el héroe más formidable de su país y comandó las fuerzas tlaxcaltecas en la guerra civil de 1516 entre los partidarios de Cacamatzin e Ixtlilxóchitl II . Fue hecho prisionero por estratagema y llevado a México-Tenochtitlan , la capital azteca; pero su valentía y carácter habían dejado tal impresión en Moctezuma II que ordenó la liberación del cautivo, acto que no tenía precedentes en México. Historia. Pero Tlahuicole se negó a beneficiarse de la generosidad del monarca. Le dijo a Moctezuma que sería infame que regresara a su país después de ser conquistado, e insistió en sufrir la suerte de los demás prisioneros. Moctezuma, deseando, a cualquier precio, salvar su vida, le ofreció el mando de un ejército a punto de ser enviado para hacer retroceder a los Purepéchas , que habían invadido sus fronteras.
Tlahuicole aceptó la oferta de Moctezuma, esperando encontrar una muerte gloriosa en la batalla que siguió. Avanzó al frente de las tropas mexicas hasta la ciudad de Tangimoroa, llamada por los mexicas Tlaximaloyan (actual Ciudad Hidalgo ), atravesó al ejército purépecha, que hizo una resistencia desesperada, y los derrotó varias veces. Regresó a Tenochtitlán, cargado de despojos y acompañado de una larga fila de cautivos. Moctezuma le prodigó nuevos honores, pero no logró persuadirlo de que aceptara el cargo perpetuo de comandante en jefe o de que regresara a su país natal. Se negó constantemente, alegando que hacer lo primero sería una traición a su país, y hacer lo segundo sería una mancha en su gloria.
Por fin, Moctezuma consintió en satisfacer el deseo de su general y ordenó que lo ataran a la piedra de los gladiadores. Iba armado como de costumbre, y Moctezuma, con toda su corte, estuvo presente en el espectáculo. Ocho famosos guerreros de Anáhuac lo atacaron uno tras otro, y todos quedaron discapacitados: el noveno, sin embargo, lo aturdió con un golpe, y luego fue ejecutado, con las ceremonias habituales.
El grupo escultórico fue descubierto en 1506 en el Esquilino, en Roma, e inmediatamente se identificó con el Laocoonte descrito por Plinio como la obra maestra de los escultores de Rodas: Agesandro, Atenodoro y Polidoro. Durante la guerra de Troya, Laocoonte, sacerdote troyano del dios Apolo, se opuso a la entrada del caballo de madera dentro de las murallas de la ciudad. Atenea y Poseidón, favorables a los griegos, enviaron desde el mar dos serpientes monstruosas que rodearon y asfixiaron a Laocoonte y a sus dos hijos.
La práctica del embalsamamiento del cuerpo alcanzó su máxima difusión también entre las clases medio-bajas de la sociedad egipcia de la Dinastía XXII (930 - 800 a.C.).. Lo testimonia la momia expuesta en la vitrina central de la sala II.
Es uno de los centros de investigación histórica más importantes del mundo. Posee unos 150.000 documentos, más de 650 fondos de archivos distintos, una extensión de unos 85 km lineales de estanterías, que llegan a cubrir unos ochocientos años de historia.
La Órden de los Caballeros Templarios fue una de las más importantes y poderosas que surgieron durante las Cruzadas. Fundada en el año 1118 con el propósito de defender los Santos Lugares de las fuerzas musulmanas que trataban de reconquistarlos. Los Caballeros Templarios llegaron a tener en su poder prácticamente toda la infraestructura política y financiera de los Santos Lugares y de Las Cruzadas y fue la orden militar más poderosa de la Edad Media. Entre las revelaciones del Archivo Secreto Vaticano se ha sabido que los Caballeros Templarios no incurrieron en la herejía de que se les acusó injustamente, ya que el proceso fue manipulado por el entonces rey de Francia. Los documentos originales del proceso contra los Templarios, encontrados en el Archivo Secreto Vaticano, demuestran que fueron infundadas las acusaciones de herejía, aunque constatan que vivieron un proceso de degradación de su espíritu original.
El Juicio Final fue censurado enseguida debido a las excesivas desnudeces consideradas obscenas e inadecuadas, hasta el punto de que el Concilio de Trento determinó su corrección. En 1564 se encargó a Daniele da Volterra y, a su muerte, a Girolamo da Fano y por último a Carnevale el trabajo. Las intervenciones censoras continuaron incluso en épocas sucesivas. Casi todas estas intervenciones, que son 42, han sido pintadas al temple, a excepción de dos: san Blas y santa Catalina, que se rehicieron al fresco después de haber borrado a golpes de cincel el original. La copia de Venusti conservada en Nápoles nos muestra cual era la versión original de estas dos figuras.
A Biagio da Cesena, maestro de ceremonias del papa, le parecía "muy indecoroso que se hubiesen pintado en un lugar tan respetable toda esa cantidad de desnudos, mostrando sin pudor sus vergüenzas, y que no era una obra propia de la capilla de un papa, sino para una sauna (stufe) o una hostería." Los stufe eran baños públicos donde se podía contratar los servicios de "señoritas de compañía". En definitiva, Biagio da Cesena le estaba llamando finamente a Miguel Ángel "pintor de burdel". ¿Y qué hizo Miguel Ángel? Vengarse de él retratándole de esta forma en su Juicio Final.
La Guardia Suiza fue creada el 21 de enero de 1506, tres años después de que el papa Julio II ocupara la silla de San Pedro y pidiera, a los nobles suizos, soldados para su protección, formando una compañía de 150 hombres. En ese momento, la elección lógica fue los mercenarios suizos, debido a la reputación que habían ganado en las Guerras de Borgoña. La fecha oficial de su fundación es, pues, el 21 de enero de 1506.
El 6 de mayo de 1527 se enfrentaron a las tropas del emperador Carlos V, durante el saqueo de Roma, integradas por diez mil lansquenetes, entre cinco mil y seis mil soldados españoles y un grupo irregular de italianos, comandados todos ellos por el condestable Carlos de Borbón.1 Lucharon ante la basílica de San Pedro y siguieron combatiendo mientras retrocedían hasta los escalones del altar mayor. Sobrevivieron solo 42 de los 189 guardias suizos; estos formaron un círculo alrededor del papa Clemente VII y lograron que escapara por un pasaje llamado Passetto di Borgo que conduce al castillo de Sant Ángelo. El capitán de la guardia, Caspar Röist, herido, buscó refugio en su casa, donde fue asesinado por soldados españoles frente a su esposa
The podcast currently has 38 episodes available.