Si analizamos un poco nuestra vida, comparándola desde niños o adolescentes, tristemente hemos dejado muchas cosas buenas, cosas que nos hacían bien, las hemos dejado o las dejamos a lo largo de la vida, hemos dejado de hacer cosas que nos beneficiaban y muchas veces no sabemos el porqué, puede ser flojera, distracción o los cambiaste por vicios, a veces falta de tiempo, incluso cambiamos los valores y muchas cosas más.
Las escrituras nos hablan de las acciones y los resultados, todas las cosas que nosotros hacemos tienen resultado, nosotros, nuestra vida, nuestro diario vivir es el resultado de todas las acciones que llevamos a cabo, recordemos que tú lo que siembras es lo que cosechas, tus acciones tendrán resultado y si tú sabes sembrar correctamente segaras algo bueno, nosotros somos el resultado y nuestra vida es el resultado de todas las acciones que hemos hecho.
Las acciones llevan frutos por eso comparamos con sembrar y cosechar, ya dijimos que cada acción tiene resultados, si se siembra una semilla mala se tendrá un fruto malo y al contrario también, como en lo físico como en lo espiritual, nosotros vivimos por el fruto no por la siembra, de todo lo que haces esperas un buen resultado siempre en tu vida ya sea en cualquier área de ella en la que estés sembrando y puedas disfrutar de ese fruto en tus acciones.
Tenemos que saber esperar y que esas acciones que hacemos nosotros buenas, nos van a llevar a un buen fruto, la acción que hicimos debes dejar que crezca, no esperes un resultado inmediato, muchas veces vimos o vemos buenos resultados y dejamos de hacerlo y no tiene que ser así, y no solo nivel físico sino también como estas en tu nivel o en tus acciones en tu vida espiritual, es una buena reflexión saber qué es lo que dejaste de hacer y tienes que retomar o cambiar en tu vida.