Las reflexiones acerca de la longevidad van habitualmente ligadas al reconocimiento de la brevedad humana e incluyen discusiones sobre métodos para extenderla más allá del límite tenido como normal.
El tema ha sido no solo una preocupación de la ciencia, sino también de la literatura de viajes, ciencia ficción y novelas utópicas.
Múltiples leyendas en las diferentes culturas y contextos religiosos han pretendido potenciar la longevidad en el pasado, la preocupación por alargar el periodo vital humano ha llenado de leyendas e historias la cultura mundial, con relatos espectaculares.

En las religiones judeo-cristianas, Adán y Eva fueron creados con la orden de no comer del «árbol de la ciencia del bien y del mal, porque el día que comieres de el, morirás sin remedio».
Después del pecado del hombre, Dios, acorta y establece los años en que un ser humano puede vivir, dijo Jehová: “No contendrá mi espíritu en el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; pero vivirá ciento veinte años”.
De acuerdo al Génesis, Matusalem fue el octavo patriarca antediluviano.
Para las religiones hindúes como el Budismo y el Hinduismo, así como en las antiguas religiones egipcias, el alma del ser humano y de todos los seres vivientes tiene más de una vida, lo que se conoce como: reencarnación.
Numerosos sistemas filosóficos a través de la historia, ejemplo, el gnosticismo, han buscad la inmortalidad y el mito de la Fuente de la juventud.
Ciertas ideas no demostradas científicamente plantean que algunas razas o pueblos tienen una mayor longevidad que otros
Culturalmente, muchos pueblos naturales de África, Asia y América Latina, tienden a venerar a la persona más anciana como depositario de experiencia y sabiduría.
Una mejor atención médica, dietas más ricas y sociedades más pacíficas en países ricos, tienen sin duda consecuencias positivas en el aumento del grado de esperanza de vida de su población, contrario a lo que sucede en países pobres, donde la atención sanitaria es deficiente, mayores peligros de epidemias, pobre alimentación y conflictos bélicos.
Al mismo tiempo, padecimientos como obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, cáncer, suicidio y otros problemas comunes en sociedades más industrializadas, amenazan el grado de longevidad.
Para el ser humano, la esperanza de vida actualmente es de hasta 90 años, con un límite máximo (muy raro de alcanzar), situado cerca de los 120 años.
Está demostrada estadísticamente la correlación entre larga vida y el ejercicio, la dieta y el apropiado descanso.

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