Cachete, guantazo, porrazo, soplamocos, leñazo, TOLLINA. Da igual cómo lo llames, no hay nada más satisfactorio que ver un mamporro bien pegado en pantalla grande. A fin de cuentas eran como porno para todos los públicos. La trama únicamente servía para enlazar las escenas de porrazos, estaban dirigidas a un público muy flipado que se jamás sería capaz de hacer lo que veía en pantalla y tenían, la mayor parte de las veces, un presupuesto parecido al de nuestras queridas producciones X. Pero, a diferencia de estas, podías verlas en el salón y tu abuela no se iba a escandalizar porque intentases imitar lo que salía por la tele ("Mira Mari, que el niño está dando saltitos delante de la tele. Yo creo que le ha dado un telele de esos como a los que ven los Pokemon").

¿Y quién era el mejor en esto de vestir a la gente de torero a cogotazos? Efectivamente, el inigualable BRUCE LEE.

Por inexplicable que parezca las películas en las que protagonistas musculados se pasan gran parte del metraje sin camiseta derrochando MOLARIDAD no son especialmente seguidas por el público femenino, circunstancia que ha aprovechado la Cuñada Laura para escaquearse utilizando la triquiñuela legal de "ahí os quedáis, que me voy a dar una vuelta con las niñas para que podáis hablar de vuestras mierdas". Golpe, ippon y combate para la señora.

Para compensar su ausencia nos hemos traído a dos expertos en la materia, Condiloma y José Viruete. Con sus enciclopédicos conocimientos sobre Bruce Lee, y sobre las pelis de tollinas en general, haremos un repaso a la vida, obra y milagros del Pequeño Dragón y debatiremos sobre temas trascendentales de su figura como por ejemplo: ¿la tenía pequeñita Bruce Lee? (TRUE FACT).

Acompañen a los mentecatos de Kade y Valdu en su recorrido por "el camino del puño interceptor" mientras Viruete y Condiloma hacen lo posible por inculcarnos algo de sabiduría ancestral y, de paso, ponernos al día sobre las pelis de bofetones QUE MOLAN.

No nos podemos despedir sin hacer notar que este programa lo grabamos en verano previendo que en algún momento nos iba a hacer falta tirar de material ahorrado. Pues este ha sido el momento. Hemos roto la hucha y ahora los Cuñados tenemos el aliento de la regularidad en la publicación soplándonos en la nuca. Que dios nos pille confesados.

Que ustedes lo disfruten.

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