La Casa de la Moneda de Madrid abrió sus puertas en 1614, cuando Felipe III otorgó el oficio de tesorero en perpetuidad al duque de Uceda, el hijo del entonces consejero favorito del rey, el valido Francisco de Sandoval y Rojas, primer duque de Lerma. Desde el 28 de febrero de 1614, cuando le fue entregado el documento al duque, solamente tardó un año en abrir la nueva ceca madrileña en la calle Segovia, a espaldas de su palacio, a escasas manzanas del antiguo Alcázar de Madrid.