Pero como los descendientes de Noé viajaron muy lejos desde el este, encontraron una llanura en Sinar, que es el actual Irak. Allí quisieron unirse para no acabar esparcidos por la tierra, y quisieron hacerse un nombre al construir una torre de ladrillo que tocase el cielo. Así, estos descendientes de Noé construyeron la Torre de Babel. Empezaron a construirla utilizando ladrillos, en vez de piedras, y asfalto en vez de mortero. Para hacer una torre alta, utilizaron asfalto para pegar los ladrillos. Sin embargo, a Dios no le gustó esta obra, y por tanto esparció a la humanidad y confundió su idioma.