Para tener mente sana en cuerpo sano, los deportes son casi siempre imprescindibles. En la historia de hoy veremos cómo Guillermo, de tan sólo 20 años, se destacaba como boxeador de peso ligero. Pero como su entrenamiento era intenso, había abandonado un poco sus otras actividades, incluso las relacionadas con su iglesia. Pero Dios tiene formas inesperadas de hacer que sus hijos retornen al él y sigan en su camino de amor y vida eterna.