Pedro I fue rey de Castilla entre 1350 y 1369. Le tocó reinar en momentos muy difíciles: una época de cambios sociales con la guerra de los 100 años y la peste negra asolando Europa. La peste fue relativamente benévola con Castilla en comparación con el resto del continente, si bien fue especialmente mortífera en los años precedentes a Pedro I; en cuanto a la guerra, ésta se hizo presente en forma de guerra civil castellana justamente durante su reinado. Bien conocido es su muerte fraticida a manos de Enrique II, acabando así con la dinastía borgoñona en Castilla.