Cuando incorporas la estrategia de la densidad de energía entre tus hábitos, no te sentirás hambriento o privado de alimento.
Básicamente son 3 los factores que influyen en la densidad energética de los alimentos: el contenido de agua, la presencia de fibra dietética y el contenido de grasa. Agua, fibra y grasa afectan el contenido de energías de los alimentos.