Kratos nació en Esparta, una ciudad de Grecia caracterizada por ser cuna de los mejores guerreros. Desde muy pequeño Kratos mostraba gran fuerza, resistencia y tenacidad. Con gran maestría, entrenamiento, disciplina y constancia, él fue escalando rangos en la milicia espartana, hasta alcanzar el grado de general, junto a miles de guerreros que estaban bajo su mando.
Uno tras otro, los pueblos bárbaros caían ante las tácticas brutales y despiadadas, pero eficientes, de Kratos. Esté llevo su ambición al máximo para seguir conquistando ejércitos. Pero muy al Norte, se enfrentó con su destino. Un gran ejército de bárbaros le hizo frente. Sus subordinados fueron cayendo uno por uno y Kratos quedó solo a merced del jefe bárbaro y sus guerreros. Es aquí donde comienza su verdadera historia junto con las pesadillas que lo atormentan.