"¿Cómo se atreve?" es lo primero que se nos viene a la mente cuando alguien tiene la osadía de dejarnos en visto, ¿no? Pero, ¿qué ocurre cuando, de acuerdo a las circunstancias, es Dios quien, al parecer, se ha atrevido a darnos las dos flechitas azulitas a nuestras plegarias? ¿Qué hacer cuando Dios te deja en visto?