¿Sientes que ya no brillas como antes en tu trabajo? No es tu culpa, pero puedes empezar a cambiar esa perspectiva. Porque aunque hoy te sientas así, no quiere decir que sea real.
Tu brillas, aunque igual no estás viéndote de las perspectiva correcta.
Hoy te voy a hablar de esa perspectiva que tienes y te ayudaré a darle la vuelta para que empieces a darte cuenta de que brillas, vales un montón y ya tienes lo que hay que tener para triunfar en lo que te propongas:
1) No te cuentas la verdad sobre lo que vales (vales muchooo!)
¡Date cuenta de que lo has hecho genial!
Has llegado a donde has llegado sin ser lo que más te gusta en la vida. Y no porque no te guste, sino porque no es donde te ves a futuro.
Claro que tienes talento. De verdad, revisa todo lo que has hecho en tu carrera, tus logros, observa cada paso que has dado. Cómo te has sobrepuesto de cada obstáculo en tu camino.
¿Puede alguien haber hecho lo que tú sin tener talento?
Entonces, ¿qué está pasando?
2) Estás subiendo una montaña que no es la tuya
Sientes que tu brillo se está apagando. Te sientes menos entusiasmada cada día.
My friend, tú sientes que no brillas porque tu trabajo ya no tiene que ver con quién eres tú hoy ni tampoco con la persona que quieres ser
¿Puede un pez ganar a un águila a volar?
¿Puede un águila ganar a un pez a nadar?
Tú no estás en tu medio adecuado… solo cuando lo estés volverás a sentir esa chispa de que todo encaja, de que estás haciendo lo que tiene que ver contigo.
Puedes seguir dándole vueltas un año más… o dos… a ver qué es eso que se siente correcto…
¿Cuántos años más vas a aguantar así?
¿Cuánto tiempo más vas a perder subiendo a una montaña que no es la tuya? ¿vas a llegar a socia?, ¿directora general?... ¿es eso lo que quieres?
¿Te has cuestionado cuáles son tus principales talentos?
3) Te cuesta pensar que haya algo distinto para ti
Y sé que se te ocurren ideas, ¡claro que si! pero no las ves posibles, las descartas por complicadas, caras, el tiempo que va a requerir. Y también el miedo a perder todo lo ganado.
Pero, vuelvo al punto anterior, ¿te duele bajarte de una montaña a la que no quieres subir?
Toma en cuenta lo siguiente: nunca es borrón y cuenta nueva. Tú te llevas lo aprendido, las habilidades desarrolladas e incluso los conocimientos que si te gustan.
Y por otro lado, cuando te digas: es difícil, complicado, lleva tiempo. Agrega una variable: tiempo. Qué pasa si en vez de ponerte un horizonte temporal de uno mes, lo subes a un año… o dos. ¿Qué pasaría si en vez de un salto, lo ves como un camino a trazar?
De verdad, CUÉNTATE LA VERDAD, SÉ AUTÉNTICA… aunque hasta este momento no te habías dado cuenta, te estás mintiendo a ti misma sobre ti y tus posibilidades.
El ego tiene un argumentario increíble y te intentará convencer de que todo es una malísima idea. Te llevará al miedo y a que te quedes como estás… pero fríamente, ¿no te da más miedo seguir subiendo durante 30 años más una montaña que sabes que no es la tuya?
Ya, que igual tú hoy no sabes qué quieres. Pues por ahí se empieza el camino.
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Un abrazo fuerte,
Roxana
