El debut de Maluks habla de un mundo que
ahora mismo no existe pero cuyo regreso es cada vez más anhelado:
las cervezas al sol, ese fuego interior que impulsa al baile descontrolado,
patear las calles hasta el amanecer junto a los colegas… También recuerda
otra época cuando Valencia (la ciudad en la costa mediterránea española donde
viven estas cuatro chicas) era una de las capitales europeas de la música
combativa y hedonista al son de propuestas como Skaparrapid y Ki Sap circa
mediados de los 90.
Lo que entonces representaban esas bandas que bebían
del ska jamaicano y del punk británico o el hardcore estadounidense -la fiesta
con mensaje- hoy lo encarnan formaciones jóvenes como las propias Maluks. Las
referencias han cambiado de acuerdo a los nuevos tiempos: sigue el interés
en Jamaica (la cultura del sound system está muy presente) pero la mirada
ya no es hacia lo anglosajón sino hacia Latinoamérica; así es como el
dancehall, el dembow, la electro cumbia, la timba y la soca se fusionan sin
prejuicios en estas canciones.
Tras publicar varios temas sueltos desde 2019, con
este disco Maluks entran a formar parte de una nueva escena en España que
está reinventando el mestizaje desde un espíritu rebelde y festivo junto a
formaciones como Machete En Boca y otras que participan en este disco: Tremenda
Jauría, La Fúmiga, ZeBRASS y Pupil.les, entre otras. Con sus canciones en
español y valenciano actualizan el discurso de las bandas de los 90 en las que
se inspiran mientras tejen lazos con las últimas tendencias de los sonidos
latinos.
José Fajardo